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A lo largo de mi práctica como dermatóloga,con mucha frecuencia he escuchado de mis pacientes frases como: “Desde hace algunos años me salió este lunar y en ocasiones sangra” o “tengo esta espinilla hace algunos meses y no sana”. La mayoría de ellos con una historia en común, exposición solar sin protección. Como especialista de la piel, éstas frases se convierten en alarmas que nos llevan a investigar a través del examen físico y una biopsia de piel, la presencia de un cáncer de piel.

El cáncer de piel es el crecimiento anormal de la células cutáneas. Se presenta generalmente en áreas donde la piel esta expuesta al sol. Los 3 principales tipos de cáncer son:

1. Carcinoma de Células Basales

2. Carcinoma Espinocelular o de células escamosas

3. Melanoma

Cada uno de estos con sus características clínicas, pronósticos y tratamientos correspondientes.

El Carcinoma Basocelular es el más común. Constituye el 80-90% de todos los cánceres cutáneo. Se origina en la células basales de la epidermis. La Organización Mundial de la Salud (OMS), lo define cómo “un tumor de invasión local y crecimiento lento”. Rara vez produce metástasis (diseminación a otra parte del cuerpo). Afecta en su mayoría a pacientes de 50 – 80 anos de edad pero un 20% son menores de 50 años. En cuanto a género, afecta con más frecuencia al género femenino en una proporción de 3:1.

El Carcinoma Espinocelular es el segundo más frecuente, comprende aproximadamente el 20% de los casos de cáncer de piel. Tiene una tasa de mortalidad mayor que el carcinoma basocelular y su crecimiento es rápido. Se origina del queratinocito epidérmico que sufre daño como consecuencia de la exposición a la radiación ultravioleta. Tiene la capacidad de producir metástasis a ganglios linfáticos regionales y a otros órganos. Afecta principalmente a hombres mayores de piel blanca, aumentando la incidencia después de los 40 años de edad.

El Melanoma es un tumor maligno procedente de los melanocitos (células que fabrican la melanina, pigmento que da el color a nuestra piel). Es la forma más mortal del cáncer de piel. Se considera la causa principal de muerte por cáncer en mujeres jóvenes entre 25-30 años de edad y la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres entre 30-35 años. La mayoría aparece en zonas expuestas al sol. Puede aparecer a cualquier edad. Es más frecuente en mujeres y en pacientes de piel, ojos y pelo claro. Un dato importante que debes recordar es que la mayoría de los melanomas aparecen en piel sana y sólo un 20-25% surgen de un lunar. Las células cancerosas pueden comprometer otros órganos del cuerpo y llegan hasta ellos a través de vasos linfáticos o via sanguínea provocando alta mortalidad.

La exposición solar intensa a lo largo de la vida ya sea por actividades recreacionales o por trabajo, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel. La buena noticia es que la mayoría de estos cánceres son prevenibles y a continuación te compartimos la mejor forma de hacerlo:

1.Utiliza protector solar a diario aun en los días nublados. Reaplícalo cada 2-3 horas y después de nadar o sudar.

2. Utiliza ropa protectora: Camisa manga larga, pantalón, sombrero de ala ancha y lentes de sol.

3. Siempre busca la sombra. Recuerda que las horas críticas de los rayos solares son de 10am – 4pm.

4. Precaución con las superficies que reflejan los rayos solares: Agua, arena, nieve…

5. No quemes tu piel: Quemaduras repetitivas aumentan el riesgo de cáncer de piel.

6. Evita broncearte (forma natural o cámaras de bronceado).

Recuerda acudir a tu dermatóloga si observas alguna lesión de reciente aparición. No olvides nuestro lema: “El cuidado de tu piel es mi responsabilidad”.

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